«La mejor forma de tener una buena idea es tener muchas ideas e ir descartando las malas»
Linus Pauling
Si bien ya hemos establecido en otros blogs el argumento que la creatividad y la innovación no son lo mismo, la cita previa nos sirve para ilustrar la idea que el proceso de generación de una innovación no surge espontáneamente (de ahí, que es posible, que la representación gráfica habitual de una innovación como una ampolleta que se prende casi imprevistamente, no resulte el más apropiado), sino que es fruto de un trabajo de mejoramiento continuo de una serie de ideas, a través de diversos procesos de needfinding, evaluación, iteración, descarte y desarrollos de prototipos que nuevamente son evaluados y así sucesivamente.
Por lo mismo, en el proceso de búsqueda y desarrollo de una innovación, se debe llegar a constituir al interior de las organizaciones o equipos de trabajo que lo llevan a cabo, una actitud básica y primordial que determinará posiblemente el éxito o no del camino a transitar.
Hablamos de la capacidad de tolerar y aprender de nuestros fracasos o desaciertos.
Regularmente las citas a muchos líderes innovadores hacen mención a los éxitos por los cuales fueron reconocidos y probablemente serán recordados.
De Steve Jobs hemos escuchado cientos de veces sus historias de éxito en el desarrollo del ipod, iphone y ipad. Todos conocemos los productos y la mayoría reconoce sus méritos tecnológicos y sus logros en diseño. Pero el bueno de Steve también conoció el fracaso y no una vez, sino que varias. Su computador Lisa, en su primera etapa en Apple, fue un fracaso comercial; el mismo Macintosh, que si bien revolucionó el diseño y usabilidad de los computadores personales, no logró nunca alcanzar las cifras mínimas de comercialización que le garantizaran su continuidad. Luego, al salir de Apple, fundó una nueva compañía de computadores -«Next»- la cual no logró nunca despegar.
Pero, lo importante estuvo siempre, no en el fracaso de sus creaciones, sino en lo que aprendió de ellas. Con LISA, Jobs revolucionó la forma en que los equipos de trabajo interactuaban para el desarrollo de los computadores, poniendo por primera vez también, el valor del diseño como elemento central en su producción. Con Macintosh, ya se dijo, cambió para siempre la forma en que los usuarios nos relacionamos con los computadores y a partir de lo hecho en Next, se desarrolló posteriormente, casi toda la base de los sistemas operativos OSX, que son los que se utilizan hasta el día de hoy en los computadores Apple.
Por lo mismo, al momento de decidirnos a empezar el excitante viaje que supone la búsqueda y desarrollo de una innovación en nuestras organizaciones, debemos estar preparados para procesar unas serie de intentos que no llegarán al puerto esperado, pero que de su profunda lectura y estudio podremos obtener valiosas lecciones para nuestros siguientes esfuerzos.