No digas que no te lo advirtieron…
- Convencerte que tu idea es única y genial: Las ideas son básicamente un commodity. Todo el mundo puede tener ideas. Buenas y malas. Lo importante nunca va a ser tu idea, sino la capacidad que tengas o puedas llegar a desarrollar, para implementarla, transformándola en un Gran Negocio. Además, siempre debes preguntarte que si tu idea es tan genial y nadie la ha desarrollado comercialmente antes ¿por qué sería? (La respuesta rara vez será: «porque a nadie se le ha ocurrido»).
- Creer que como tu idea es única y genial, nadie más debe conocerla: Hoy en día, se trata de todo lo contrario, nunca te guardes tu idea, compártela con la mayor cantidad de gente que te pueda aportar. La noción que detrás de cualquier persona hay un potencial ladrón de tu idea es absurda. Ya lo dijimos antes, el tema no son las ideas, sino la capacidad de llevarlas a cabo. Y para tu idea, probablemente nadie está en mejor posición que tú, para lograrlo.
- Partir desde la solución y no desde la identificación de un problema que pueda representar una demanda: Es cierto, una buena idea de negocio, puede surgir de tu experiencia o intereses, pero no debe partir sólo desde lo que a ti te gustaría que existiera como solución en el mercado. Lo primero es identificar un problema. Un problema real, que afecte a parte importante de un segmento de consumidores. Luego de identificado el problema, analiza las soluciones existentes y luego que puedas determinar el por qué éstas no serían del todo satisfactorias, sólo ahí ponte a diseñar, iterar y validar alguna solución.
- Pensar que todos los consumidores a los que apuntas tienen los mismos gustos e intereses que tú: Error clásico, se le llama sesgo de confirmación. Habitualmente es la tendencia a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. En el mundo del emprendimiento a lo que más debes ponerle atención es justamente a las nuevas alternativas, ya que es en ese universo, donde podrán surgir las mejores soluciones al problema que has descubierto.
- Confiar ciegamente en los resultados de tu Excel: Parece obvio, pero hay que decirlo, ¡LAS PLANILLAS DE EXCEL RESISTEN CUALQUIER COSA! Todavía no he conocido emprendimiento, para el cual, sus planillas no le arrojen grandes resultados al cabo de los primeros tres años y pese a eso, el 80% de los emprendimientos no pasa del primer año. Las planillas son una forma de poder estructurar los posibles flujos de caja del proyecto, pero no le vas a poder exigir a ellas, las utilidades esperadas, cuando éstas no se estén produciendo.
- No contar con un modelo claro de financiamiento para los primeros 12 meses: Relacionado con lo anterior, más allá que tus proyecciones de ingresos y resultados te arrojen que, ya al sexto mes, vayas a poder cubrir tus gastos, es fundamental que, al menos para el primer año, cuentes con el total del financiamiento necesario para cubrir tu operación, luego que lo más probable es que las ventas esperadas se tarden mucho más en llegar, que lo que proyectaste inicialmente.
- Creer que todos tus competidores (actuales y/o futuros) son más tontos que tú: En cualquier mercado al que quieres entrar, probablemente existe hoy, alguien que está intentando ofrecer soluciones alternativas a la tuya, quizás, no tan buenas, quizás más caras, quizás menos efectivas, pero hay alguien. Cuando ese alguien te vea a entrar, probablemente va a reaccionar, con ideas que pueden ser iguales o mejores que las tuyas, y si él ya tiene un canal de venta estructurado, clientes que le son relativamente leales, tiene mucho más a su favor que tú, que estás recién partiendo.
- Iniciar tu negocio con el único objetivo de ser millonario cuando se lo vendas a la Coca Cola o a Google: Tu negocio o emprendimiento deber representar para ti, también tu pasión. No hay otra forma que enfrentes este desafío que supondrá enormes sacrificios, costos en tiempo, energía y dinero si no es con una tremenda convicción en tu proyecto y el bienestar que entregarás a tus consumidores mediante tu solución. Si lo único que quieres al desarrollarlo, es desprenderte de ella, estás perdido.
- Formular tu negocio con la estructura organizacional de una empresa: Un emprendimiento NO es equivalente a una empresa. Las empresas se dedican en gran medida a ejecutar un Plan de Negocios. Un emprendimiento se dedica, al menos durante su primer año, a encontrar su Modelo de Negocios. Una estructura organizacional rígida con cargos o funciones específicas no te aportará en ese fin. Olvídalo. En un comienzo todos deberán hacer de todo, especialmente conectarse con sus potenciales consumidores, empatizar con ellos e ir iterando y validando sus soluciones, hasta encontrar la que más se ajuste a sus requerimientos.
- Insistir más allá de lo razonable: El emprendimiento es pasión, navegar contra la corriente, poner todo de sí. Es correcto, pero tampoco se trata de darse cabezazos contra la pared. Desarrolla métricas para la medición y evaluación de tu desempeño en plazos cortos y medios y bueno, si las cosas no se están dando, a otra cosa mariposa y listo. Recoge todo lo que aprendiste de esta experiencia, el dinero que te vaya quedando y… a intentarlo de nuevo!
Para más ideas como ésta:
EMPRENDIMIENTO: DEMOLIENDO MITOS
a la venta en: OCHOLIBROS
Alejandro Godoy es Gerente de Consultoría en KHREA www.khrea.com